viernes, 30 de agosto de 2013
Atrapada.
No importa donde sea; a la hora de la cena frente a mi familia, en la escuela, rodeada de mis amigos o simplemente estando sola. En todo momento, por mas que parezca la persona más feliz del lugar y aparente estar bien, no lo estoy. Todo lo que hago en mi interior es gritar lo más fuerte que puedo, pero lo único que sale son risas. Lo que más quiero hacer es romper en llanto, pero no me lo puedo permitir. Estoy atrapada y me acorralan nada más que simples pero poderosas palabras. "Estúpida" "Puta" "No servís" "Si tuviese la oportunidad, te mataría" "Tarada" "Invisible" Pero... ¿Saben que es lo que más duele sobre eso? Que aquellas palabras que me destruyen día tras día vienen de mis supuestos amigos. Y yo solo agacho la cabeza, río y no hago nada al respeto. Y de tanto que me lo dicen, estoy empezando a creer que soy todo eso que dicen. Desearía tener un amigo real, pero uno que no se valla sin, al menos, decir adiós. Lo deseo con todo mi ser.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario